Violencia en el hogar contra mujeres adultas durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19 en México
La violencia en contra de las mujeres ha contribuido a mantenerlas en una situación de subordinación. Los efectos de esta violencia –en la salud física, mental, sexual y reproductiva– han sido ampliamente documentados; sin embargo, es importante recordar que hablar de violencia familiar incluye los conflictos entre cónyuges, pero también aquellos con personas quienes en su calidad de población dependiente están expuestas a los riesgos de experimentar cualquier forma de abuso en este entorno, siendo las más vulnerables las mujeres cónyuges o no –sean niñas, adolescentes o adultas–, los niños y las personas adultas mayores o con alguna discapacidad.
A partir de la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia asociada con el SARS-CoV-2, y declarada por la OMS en 2020, se instalaron medidas de distanciamiento social y confinamiento, como lo fueron las acciones de mitigación para la transmisión del virus. En el ámbito internacional se advirtió que estas medidas modificarían rápidamente estresores previamente existentes asociados con la violencia –como la exposición a situaciones de aislamiento, hacinamiento o vulnerabilidad económica– y se señaló que los efectos serían particularmente adversos para mujeres, niñas, niños y adolescentes, quienes podían enfrentar el surgimiento o agravamiento de situaciones de violencia en el hogar. Al respecto, por ejemplo, cabe señalar que de acuerdo con dato ofrecidos por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina, en Latinoamérica el número de llamadas a los servicios de atención a la violencia de género se disparó durante los primeros meses del confinamiento.
En este contexto, un grupo de investigación conformado por Rosario Valdez Santiago, Aremis Villalobos Hernández y Luz Arenas Monreal, del Instituto Nacional de Salud Pública; y Karla Flores y Luciana Ramos Lira, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, realizaron un estudio publicado por Salud Pública de México, en su edición noviembre-diciembre de 2021, intitulado “Violencia en el hogar contra mujeres adultas durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19 en México”, mediante el cual analizaron la prevalencia de violencia en el hogar y los factores individuales, familiares y comunitarios asociados en mujeres adultas durante el confinamiento por Covid-19 en México, encontrando que entre el 23 de marzo al 1 de junio de 2020, la prevalencia de violencia contra las mujeres adultas en el hogar durante el confinamiento fue de 5.8%.
Como parte de los resultados arrojados en el presente estudio, los actos más reportados fueron los de tipo emocional (gritos, insultos o amenazas), con 4.3%; seguidos por actos de violencia económica y física (empujones, jalones o golpes), en proporción similar, 2.1 y 1.9%, respectivamente; y, finalmente, por actos de carácter sexual o violaciones, con 0.6%.
De igual manea, se hizo evidente la existencia de factores que resultaron asociados a la violencia en el hogar contra las mujeres adultas durante el confinamiento, tales como los bajos niveles de bienestar en términos de las características de las viviendas, así como de los bienes y servicios disponibles en los hogares (donde se incrementa cerca de dos veces la posibilidad de sufrir violencia) y vivir en algún hogar con estresores económicos como la perdida de un empleo por la contingencia.
La mayoría de las mujeres que reportaron cualquiera de los tipos de violencia ya la habían experimentado antes del confinamiento. Una de cada dos mujeres que reportaron estas agresiones respondió que éstas ya estaban presentes y continuaron con igual o mayor frecuencia durante el confinamiento, incluida la violencia sexual. Por otro lado, entre 11.1 y 35.3% de las mujeres reportaron que experimentaron algún tipo de violencia en su hogar por primera vez al implementarse el confinamiento como una estrategia para la mitigación del contagio de Covid-19 en México.
Lo anterior pone de manifiesto la vulnerabilidad de las mujeres en situaciones de desastres y emergencias sanitarias como la pandemia de Covid-19, y hace un llamado de atención a retomar esta experiencia nacional para no suspender los servicios de apoyo a las mujeres en situación de violencia, considerando estos servicios como una actividad esencial para emergencias futuras, así como buscar formas novedosas que posibiliten el acceso a recursos en condiciones de aislamiento social y confinamiento.
Por: Redacción ESPM