Sucedió en el INSP/ESPM un hecho histórico para la salud ambiental y para la generación de una red de investigadores jóvenes de la región
En alianza con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental (ISEE), el 10 y 11 de noviembre de 2022 se celebró en este instituto el “I Encuentro de Investigadores Jóvenes en Salud Ambiental de América Latina y el Caribe”, el cual tuvo como objetivo brindar un espacio de convivencia e intercambio de ideas y proyectos de investigación para crear y fortalecer lazos con colegas de la región. Se logró reunir, en los diversos conversatorios y conferencias, a más de 150 investigadores jóvenes de países como México, Colombia, Perú, Brasil, Uruguay, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana, Panamá, Argentina y Estados Unidos; además, de la participación de colegas de España, Nigeria, Australia, Reino Unido, Canadá y Sierra Leona. Sin duda, todo un éxito. Pero la historia no se limita a lo conseguido en estos dos días.
Hace aproximadamente 12 meses un grupo de estudiantes del Doctorado en Ciencias en Salud Ambiental del INSP recibimos una invitación por parte de la coordinadora del Capítulo de América Latina y el Caribe del ISEE, la Dra. Marcela Tamayo, para reunirnos y conversar sobre un posible proyecto para fomentar la convivencia entre estudiantes de la región. Sin conocer los retos que conlleva organizar un evento, accedimos gustosos a participar y comenzamos a reunirnos para generar lluvia de ideas y construir el panorama general de lo que imaginábamos lograr. Una vez visualizada nuestra meta, estructuramos el grupo en coordinaciones para delegar tareas y optimizar nuestros tiempos, ya que todos continuábamos con nuestras responsabilidades escolares.
De forma sincrónica, nos acercamos a la Subdirección de Desarrollo y Extensión Académica de la Escuela de Salud Pública de México, con la Dra. Nenetzen Saavedra y su equipo, de quienes no puedo sentir más que gratitud, ya que recibimos un gran apoyo logístico, de diseño e infraestructura que propició las condiciones idóneas para que nuestra institución fuera la sede de este primer Encuentro de Investigadores Jóvenes en Salud Ambiental de América Latina y el Caribe.
Una vez establecidos los primeros pasos, iniciamos la convocatoria para consolidar el comité organizador con compañeros de toda la región y comenzamos, en conjunto, la planeación del evento. La tarea no fue menor, pues tuvimos que trabajar en difusión, comunicación, conferencias magistrales, conversatorios, recepción y revisión de trabajos. No obstante, sin darnos cuenta, ya estábamos cumpliendo el principal objetivo del encuentro al colaborar y trabajar como un equipo conformado por representantes de diferentes países de la región.
Este proceso nos enfrentó a retos diversos, incluido la coordinación de todos los integrantes del comité organizador que, por diferencias en cuanto a visiones y horarios, tuvimos que hacer un gran esfuerzo para trabajar por un mismo fin. Otro reto notable fue la complejidad de compaginar nuestras innegables realidades, la virtual y la presencial. A pesar de la poca asistencia presencial que logramos debido a la dificultad para la movilización de los participantes y el carácter internacional del evento, pudimos tener a distancia un acercamiento que se sintió casi presencial. Estos retos solo nos dejaron aprendizaje y oportunidades para mejorar, así como un sentimiento de agradecimiento y admiración hacia el gran empeño que cada uno de los compañeros le inyectó con su participación a este evento.
Como estudiantes tenemos la responsabilidad de participar activamente en este tipo de iniciativas de colaboración y fortalecimiento académico; ya que, pese a nuestra falta de madurez y que aún nos queda mucho por aprender, somos el futuro de la investigación en salud pública. ¿Y qué mejor que iniciar nuestra labor construyendo alianzas para lograr los mayores beneficios para nuestros pueblos hermanos?
Participar en la organización de este encuentro me llenó de satisfacción, misma que se convirtió en orgullo durante el discurso de clausura del Dr. Horacio Riojas, director de Salud Ambiental del INSP, quien además de ser un referente en la investigación es un entusiasta promotor de la cooperación. Durante su discurso mencionó que la realización de este encuentro era un hecho histórico para la salud ambiental y establecía las pautas para la generación de una red de investigadores jóvenes de la región. Me encantó ser parte de esto.
Quiero agradecer también a todo el comité ejecutivo del Capítulo de América Latina y el Caribe del ISEE por la confianza que nos brindó para organizar este encuentro; a todos los conferencistas y moderadores que aportaron su conocimiento experto; y, sin duda, al Dr. Eduardo Lazcano, director general del INSP por permitir que este instituto haya sido la casa del primero de muchos encuentros de este tipo. Me congratula haber participado en este encuentro que me permitió estrechar lazos con personas de un valor humano incalculable, a quienes hoy puedo llamar amigos. Estoy seguro de que con esfuerzo y fraternidad podemos luchar por mejorar el bienestar de nuestra región.
Gracias a la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Salud Pública de México (AEESPM) por invitarme y permitirme compartir mi experiencia.
Por: Rodrigo Ugalde Resano, Presidente del comité organizador del“I Encuentro de Investigadores Jóvenes en Salud Ambiental de América Latina y el Caribe”; estudiante de doctorado en ciencias en salud ambiental INSP/ESPM.