VCI 2022 “Exposición a tóxicos ambientales en México: de la investigación a la política pública. Avances y retos”
Formando parte del Ciclo de Videoconferencias interactivas 2022, el 26 de enero se llevó a cabo la videoconferencia intitulada “Exposición a tóxicos ambientales en México: de la investigación a la política pública. Avances y retos”, presentada por la Dra. Martha María Téllez Rojo, investigadora del INSP-ESPM, quien reconoció el trabajo de la organización Pure Earth, del grupo Mundo Químico, del Instituto Nacional de Neurología, de los Servicios de Salud de Morelos, de Salubridad Federal y del Consejo de Salubridad General, pues en materia de salud pública pasar de la investigación a la política “es un trayecto muy largo, en donde debe darse la unión de esfuerzos de muchas personas y muchas instituciones” para que se implemente debidamente.
La Dra. Martha María Téllez enfocó esta charla en tóxicos ambientales a los que nos exponemos en la vida diaria –y en muchas ocasiones de manera inadvertida–; y explicó los avances que se han dado en nuestro país con respecto al paso de la investigación a la política pública en cuanto a la exposición de plomo, a la situación relacionada con la exposición a ftalatos y bisfenoles y a la exposición a fluor.
Sobre el caso de la exposición a plomo en México (que la OMS reconoce como uno de los diez tóxicos con mayor afectación a la salud, junto al tabaco o los asbestos), la Dra. Téllez Rojo hizo énfasis en que se trata de una exposición que tiene una gran cantidad de efectos tóxicos. Entre los más importantes se encuentran los efectos neurológicos, tales como el déficit de atención, la afectación a los proceso de aprendizaje, a la memoria y al desarrollo del lenguaje, así como las alteraciones al comportamiento (hiperactividad, impulsividad y conductas agresivas), aún cuando la exposición sea muy baja. También –dijo– se tiene suficiente evidencia sobre los efectos de la exposición a plomo asociados a enfermedades renales, enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, efectos reproductivos como el aborto involuntario, parto prematuro, bajo peso al nacer, preeclampsia, medidas antropométricas al nacimiento. La docente-investigadora del INSP-ESPM señaló además que los efectos tóxicos de esta exposición son mayores en poblaciones donde confluyen pobreza y desnutrición.
Cabe señalar que a gran escala los efectos de neurotoxicidad tienen un fuerte impacto poblacional, pues disminuyen 5 puntos de IQ en 15% de la población mexicana, generando importantes retos en el ámbito del aprendizaje. De igual manera, tiene importantes efectos e implicaciones económicas equivaliendo a pérdidas por 1.85% del PIB nacional.
Sobre el trabajo realizado por los grupos de investigación en donde ha participado la Dra. Téllez Rojo, hizo saber que en 2015 en el estado de Morelos se hizo un estudio a nivel poblacional con representatividad estatal para medir plomo en sangre (PbS) en recién nacidos, mediante un esfuerzo coordinado entre el INSP, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, los Servicios de Salud de Morelos y la organización Pure Earth México, cuyos resultados fueron difundidos por la revista Salud Pública de México. El estudio reportó que 15% de los niños en esa entidad nacen con niveles de intoxicación a plomo y que ese 15% se distribuye de manera desigual (más del 20% en zonas marginadas). El uso que hace la madre durante el embarazo de loza de barro vidriado (BV) fue la causa intoxicación más importante identificada, pues 57% de las mujeres declaró uso de BV durante el embarazo; y de éstas, casi 70% lo hicieron de manera diaria.
A partir de los resultados obtenidos por ese estudio es que se llegó a la participación en la ENSANUT 2018, realizándose con representación de todas las localidades del país con menos de 100 mil habitantes, donde se buscó estimar la prevalencia de intoxicación a nivel nacional y cómo se asociaba con el uso de loza de barro vidriado, a fin de saber si a nivel nacional también representa la primera fuente de exposición. El estudio se incorporó como parte de la encuesta para medir concentraciones de plomo en sangre en niños y niñas de 1 a 4 años. Lo que se observó fue que a nivel nacional en las localidades de menos de 100 mil habitantes, el 22% de los niños tiene niveles de intoxicación por plomo, es decir, 1 de cada 5 niños tiene niveles elevados que sobrepasan la norma 199 vigente. Debido a la falta de un sistema de seguimiento y monitoreo no se están atendiendo esta situación, la cual afecta a más de un millos de niños y niñas en todo el país. Sobre la distribución nacional, el centro y el sur de México son las regiones donde se concentra el mayor número de niños y niñas con niveles altos de intoxicación; mientras que en la zona sur del país se hallaron los niveles más elevados, con más de 5 microgramos por decilitro.
Un año más tarde, en la ENSANUT 2018-2019, con una muestra representativa de la República Mexicana, se pasó de niveles regionales a niveles estatales y se obtuvo la media nacional de intoxicación por plomo: 17.4% tiene prevalencia de intoxicación en todo el país, incluyendo las grandes urbes. Casi 1 de cada 5 de los niños y niñas mexicanos, de 1 a 4 años, presenta concentración elevada de PbS. Esto significa que 1.4 millones de niños y niñas de todo el país presenta algún nivel de intoxicación. Las concentraciones más altas se ubicaron en Puebla (46.6%), San Luis Potosí (37%), Tlaxcala (35%) y Estado de México (30%). En contraste, los niveles más bajos se ubicaron en Sinaloa, Tabasco y Yucatán. Se encontró también que las fuentes de exposición y niveles de intoxicación son mixtas.
La Dra. Téllez Rojo relató que con esos resultados se llegó a una articulación de esfuerzos con el grupo Mundo Químico y con el Consejo de Salubridad General, logrando que el Consejo de Salubridad General aprobara en noviembre de 2019 el Programa de acción de aplicación inmediata para el control de la exposición a plomo en México. Un hecho sin precedente en el país. Este programa está articulado en 5 ejes complementarios: 1. Revisión del paquete normativo; 2. Manejo clínico de casos; 3. Cambio de fuente de exposición generalizada; 4. Vigilancia epidemiológica de plomo en sangre; y 5. Promoción de la salud. El programa ha arrancado como piloto en 2 entidades y existe ya una propuesta de monitoreo individualizado de niños menores de 6 años y mujeres embarazadas en entidades que estén por arriba de la prevalencia media nacional de acuerdo con la ENSANUT.
Aunque existen avances al orientar la toma de decisiones sobre control de la exposición a plomo en México, en el caso de otros tipos de tóxicos ambientales como los Disruptores endócrinos, no ha habido los mismos avances. La OMS los define en 2002 como sustancias exógenas a nuestro organismo que alteran funciones del sistema endócrino y tienen importantes efectos a la salud. Estos químicos simulan la actividad hormonal endógena de nuestro organismo y reproducen efectos equivalentes al suplantar esta función endócrina y alteran la biosíntesis de las hormonas, generando diversos efectos en la salud. Nos exponemos a ellos a través de insecticidas, fungicidas, artículos de limpieza, alimentos altamente procesados que vienen empaquetados, en el proceso de fabricación de latas y empaques, plastificantes de alimentos y a través de cosméticos, perfumes, biberones, etcétera. Siguiendo a estos disruptores llegamos a otros de mayor peligrosidad: las sustancias Per/Polifluoroalquilo (PFAS), químicos usados en materiales como los teflones y antiadherentes (que se ponen en contacto con los alimentos) o como los productos anti-manchas o repelentes al agua (en contacto con la ropa y los muebles). Los efectos en salud son realmente importantes y se han documentado ampliamente en la investigación. La exposición a ftalatos y fenoles son in útero, desde antes de que el bebé nazca, y han sido asociados a eventos adversos como parto prematuro, disminución de la lactancia materna, alergias y asma, síndrome de disgenesia testicular, neurodesarrollo, crecimiento fetal e infantil y desarrollo puberal. Su exposición en infancia y adultez también ha sido asociada a incremento de riesgos para enfermedad metabólica.
De acuerdo con lo expuesto en esta videoconferencia, los resultados de investigación sobre los efectos tóxicos de la exposición a ftalatos y bisfenoles son contundentes. Y –según explicó la Dra. Martha María Téllez– México no tiene un marco regulatorio para prevenir a la población general sobre el riesgo de exposición por la utilización en la vida diaria de estos utensilios. La experiencia con la exposición a plomo sugiere que ayudaría tener información poblacional sobre la magnitud del problema en población general. Un camino sería tener un componente en la ENSANUT donde se recolectaran muestras de orina en mujeres embarazadas para tener una población que se estudiara en términos costo efectiva. En la exposición a ftalatos y bisfenoles se ha avanzado en investigación e identificación y articulación de un problema, pero falta dar el paso a la generación de datos e información relevante orientada al desarrollo de un programa o una política para su atención y regulación.
Por último, en cuanto a la exposición al fluoruro, se mencionó que significa un reto enorme en matera de investigación. Desde 1993 México tiene un programa nacional de fluoración y yodación de la sal. Asimismo, existen regiones del país en donde el agua está fluorada naturalmente. Pero la exposición al fluor no solo ocurre con la fluoración del agua y la sal sino que existen diversas vías de exposición como lo son el fluor del suelo mismo, pesticidas hechos con fluor, envoltura de alimentos, utensilios de cocina con teflón y artículos de salud dental. En México las fuentes de exposición a fluoruro incluye también alimentos y bebidas, por tanto, se recomienda un monitoreo para el contenido y la ingesta de floruro en la población, ya que éste tiene un efecto neurotóxico importante. La ingesta de fluouro durante el embarazo, por ejemplo, se asoció a la pérdidad de 3.5 puntos de IQ del niño por cada incremento de 0.5mg/día en la ingesta de fluoruro por parte de la madre. Otro estudio en 2017 demostró que la exposición a fluor asoció la pérdida de 5-6 puntos de IQ en niños por cada 1mg/L de incremento de floruro urinario de la madre. De igual manera, se observó un incremento en síntomas de desorden de atención e hiperactividad.
Para finalizar su exposición la Dra. Téllez Rojo hizo énfasis en la importancia de los estudios longitudinales para poder asociar efectos en la infancia, adolescencia y adultez temprana con exposiciones prenatales. “Para poder llegar a la política pública –concluyó–se tienen que conjuntar tres cosas: evidencia científica, voluntad política e infraestructura social; y sólo en las intersección de esas tres cosas es donde podremos llegar a una política pública”.
Para ver completa esta interesante videoconferencia, visita el canal de YouTube de la ESPM:
Por: Redacción ESPM