Tuberculosis, una antigua enfermedad con impacto en la salud pública a nivel mundial
Formando parte del Ciclo de Videoconferencias Interactivas (VCI22) de la ESPM, el martes 20 de septiembre se llevó a cabo la videoconferencia “Tuberculosis, emisario del pasado con retos en el siglo XXI”, impartida por la Dra. Elizabeth Ferreira Guerrero, profesora investigadora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI) del INSP.
Tratar de entender diversos aspectos sobre la tuberculosis (TB) a fin de provocar una reflexión en quienes se dedican a la atención de la salud, fue uno de los principales objetivos de esta sesión. Así fue que la Dra. Elizabeth Ferreira hizo notar que esta enfermedad infecciosa causada por un solo agente etiológico, actualmente sigue siendo, como patógeno, el mayor “asesino de la humanidad” (sólo por detrás del SARS CoV2). Y aunque en México ha dejado de ser una de las primeras 20 causas de muerte, atender esta enfermedad no es una tarea fácil y representa un importante reto para los gobiernos, el sector salud y la propia población.
La Dra. Ferreira Guerrero también señaló que aunque la tuberculosis es una enfermedad antigua que tiene todos los elementos para ser controlada, sigue representando un problema de salud pública a nivel mundial, por lo cual a partir de las metas de la Estrategia Fin a la Tuberculosis de la Organización Mundial de la Salud, luego de la visión Un Mundo Libre de Tuberculosis de la Estrategia Alto a la Tuberculosis de la OPS/OMS (2006) y de la estrategia actual Fin a la Tuberculosis, en México se hizo una reingeniería de las estrategias para eliminar esta enfermedad. De esta manera, junto con el establecimiento de los objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), en 2015 se estableció el compromiso mundial de reducir a la mitad los casos de tuberculosis y garantizar la detección del más del 70% de estos y la curación de más del 85% de los casos detectados.
La investigadora del CISEI señaló que uno de los principales determinantes a nivel global es la mala salud, ya que su prevención, detección y tratamiento no solo depende de los gobiernos sino también de la población, puesto que la cuarta parte de la población mundial está infectada por la micobacteria. A nivel global se estiman en 10 millones los casos, con un subregistro del 30%. El 8% de los decesos por tuberculosis se asocia con el VIH, por tanto a la cifra de 1.4 millones de muertes por TB se tendrían que sumar otras 200 mil muertes asociadas a VIH. La Dra. Ferreira también hizo saber que ha habido una disminución del 18% a nivel global y que entre los 16 países prioritarios representan el 93% de casos a nivel global y que en ese listado se encuentran Brasil y Perú en los sitios de prevalencia, 13 y 14, respectivamente. Hay un numero importante de casos de tuberculosis resistente e incluso resistente a todos los fármacos de primera y segunda línea. La meta planteada a nivel mundial al 2035 es la de reducir su incidencia en un 20%, la mortalidad en un 30% y garantizar que el 0% de las familias tenga gastos catastróficos por esta enfermedad. La meta global al 2050 es “Un mundo libre de TB”, es decir, que con 1 caso por millón de habitantes se ha eliminado como problema de salud pública.
La Dra. Ferreira enfatizó el hecho de que esta enfermedad es prevenible y curable; y que tanto el diagnóstico como el tratamiento son de bajo costo –en comparación con otras enfermedades–. Así también, que existe una gran corresponsabilidad entre la población y las personas enfermas, resultando fundamental, por tanto, capacitar a la población y trabajar en equipo para la prevención, detección, diagnóstico y tratamiento de la TB.
La investigadora destacó que el reporte mundial sobre Tuberculosis de la OMS “Global tuberculosis report 2021” demuestra que la pandemia por Covid-19 generó un retroceso crítico en los avances de las acciones contra la tuberculosis a nivel global tanto en el diagnóstico como en los ingresos a tratamiento. El retroceso ha sido de 5 años en mortalidad y 9 años en detección de casos. La enfermedad pulmonar infecciosa micobacteria es la de mayor importancia en salud pública porque 1) es la que se puede transmitir de persona a persona; 2) representa el 80 o 90 por ciento de los casos en los registros de los gobiernos, 3) su transmisión ocurre por vía aerógena respiratoria; 4) y su diagnóstico depende mayoritariamente de laboratorio.
Los factores que influyen en la enfermedad tiene que ver con las características de la bacteria, de la persona afectada y del ambiente. Cabe recordar que bastan 10 microorganismos para ocasionar infección por TB, y una persona puede expulsar 3,000 gotas al toser. Es por eso que un enfermo sin tratamiento es capaz de infectar a otros 20 en un año. Un promedio de 5 a 10% de las personas que entran en contacto con la micobacteria M.Tuberculosis pueden desarrollar la enfermedad, mientras que el resto puede permanecer en latencia. Dado que el cuadro infeccioso de la TB evoluciona lentamente resulta complicado el diagnóstico clínico hasta el quinto mes. Por esta razón resulta vital la capacitación en enfermedades respiratorias para el personal de salud. La Dra. Elizabeth Ferreira enunció 4 acciones eficaces para prevenir y controlar la tuberculosis:
- prevención. – la eficacia de la vacuna con bacilo de Calmette-Guérin (BCG) de hasta un 82% en neonatos, aunque en TB pulmonar es menor y con una protección que varía de 10 a 60 años.
- detección y diagnóstico; hasta ahora no existe nada mejor para la salud pública, en términos de planes nacionales, que la baciloscopia, por costo-efectiva.
- tratamiento; es recomendable el uso de al menos 4 fármacos que el paciente nunca haya recibido por un mínimo de 6 meses para tuberculosis sensible, 12 a 14 meses para tuberculosis resistente.
- vigilancia epidemiológica. – se recomienda la identificación y el registro de los casos y del entorno del paciente mediante vigilancia epidemiológica.
Específicamente, en México se registraron 20,382 casos de TB en 2021. Las tendencias muestran que del año 1990 al 2021 ha descendido el índice de las defunciones, la tasa de incidencia ha permanecido estable –mostrado ligeros incrementos– y ha habido también un descenso en casos exitosos de tratamiento desde 2006 (en los últimos dos años debido a Covid-19). Los casos se están identificando mayoritariamente a tiempo (49%), tardíamente en un 23% y fuera de tiempo para tratamiento en 28%. Las poblaciones más vulnerables en México son las poblaciones indígenas (6.2%) y las poblaciones privadas de su libertad (1.7%), por lo que estos grupos requieren de una atención especial.
Casi el 70% de los casos detectados en nuestro país tiene otra enfermedad asociada. 30% de los pacientes tiene diabetes –tanto controlada como descontrolada–; le siguen casos de desnutrición, tabaquismo, alcoholismo o VIH. El caso de la tuberculosis meníngea es crítica en niños, donde se ha incrementado su incidencia. Asimismo, el envejecimiento tendrá un impacto potencial grave para la TB en México debido a que “no tenemos una buena educación para llegar con buena salud a la vejez” –explicó la investigadora del CISEI–.
La Dra. Ferreira hizo notar que es necesario tener una buena planeación y programación para la atención de TB, pues esta enfermedad no se puede controlar sin registro y estudios epidemiológicos, por ello recomendó la “detección activa” mediante la búsqueda intencionada de casos para detección oportuna de Sintomáticos Respiratorios en grupos vulnerables (personas con diabetes, con VIH, adultos mayores, con problemas de tabaquismo, migrantes, comunidades indígenas, personas privadas de la libertad, indigentes y pacientes con desnutrición). También señaló la importancia del trabajo conjunto entre los programas de diabetes y TB y del desarrollo de estrategias conjuntas que puedan fortalecer el trabajo del personal de salud con acciones integradas y no separadas, además de vincular el trabajo normativo y de recursos entre programas como una respuesta efectiva de atención. Finalmente, planteó como un reto importante considerar la resistencia microbiana a los fármacos de tratamiento para la TB, señalando que la que se presenta en mayor porcentaje es la resistencia adquirida por manejo inadecuado de tratamiento e inadecuada administración de fármacos, ya sea por dosis o combinaciones inadecuadas, falta de disponibilidad de los fármacos, toma inadecuada por parte del paciente, barreras sociales, reacciones adversas al fármaco y abandono de tratamiento, entre otras causas.
Por: Redacción ESPM
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