Reestructuración del programa educativo de la Escuela de Salud Pública de México: liderazgo y pertinencia
El 23 de septiembre de este año se realizó el 6to. Conversatorio Hacia los 100 años de la ESPM: “Reestructuración del programa educativo de la Escuela de Salud Pública de México: liderazgo y pertinencia”, el cual contó con la participación de las doctoras Tricia Penniecook, Vicedecana de Educación y Asuntos Docentes de la Facultad de Salud Pública de la Universidad del Sur de Florida; Ana de la Garza Barroso, Directora de Investigación Operativa Epidemiológica de la SSA de México; Laura Magaña, Presidenta y CEO de Escuelas y Programas de Salud Pública (ASPPH); y el doctor Adrián A. Martínez González, Director de Evaluación Educativa de la UNAM.
Los doctores Mario Henry Rodríguez López, Investigador Emérito del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP); y Eduardo Lazcano Ponce, Secretario Académico de la Escuela de Salud Pública de México (ESPM/INSP), fueron los moderadores de este importante evento; y ambos se encargaron de exponer la propuesta de reestructuración del programa educativo de la ESPM que se tiene contemplado socializar con la comunidad académica del INSP.
Al respecto, el Dr. Rodríguez resaltó que dicha propuesta de reestructuración se ha orientado hacia la obtención de un programa integral de salud pública que cuente con un enfoque holístico, pertinente y global. Debemos –dijo– enseñar salud pública desde una perspectiva que contemple la práctica trans-disciplinaria, con atención y participación de la población y con perspectiva social y de género, en congruencia con la realidad contextual de las poblaciones y de la situación de salud global.
La Escuela de Salud Pública de México, a lo largo de sus 99 años, ha proporcionado entrenamiento a más de 18,000 profesionales y científicos en el área de salud pública. Sin embargo, según explicó el Dr. Mario Henry Rodríguez, aunque el programa global de la ESPM cuenta hoy con 28 áreas de concentración para programas presenciales y otras más para programas virtuales, “la integración de dichas áreas al programa global de nuestra escuela ha sido anárquico”. Por tanto, los programas específicos presentan una heterogeneidad de créditos académicos, planteando la necesidad de hacer una reestructuración de esas áreas a partir de dos premisas: 1) todos los programas deben desarrollarse dentro de las disciplinas de salud pública; y 2) el desarrollo del currículum debe ser integral, con materias que puedan compartirse en todas las áreas y que algunas de estas unidades sirvan también para el desarrollo de los proyectos de investigación de los alumnos.
Por su parte, el Dr. Eduardo Lazcano presentó el “Análisis y diseño de la propuesta de reestructuración de programas académicos del INSP/ESPM”, y expuso que el objetivo de esta reestructuración es que todos los programas se implementen en función de la disciplina de la salud pública, con la meta de desarrollar un currículo integral unificado del programa, que abarque desde la maestría hasta el doctorado, y remedie la sobre-escolarización de los programas académicos, dando prioridad a las prácticas profesionales, la enseñanza tutorial y la integración temprana de los estudiantes con los grupos de investigación del INSP.
El esquema de reestructuración fue explicado por parte del Dr. Lazcano Ponce haciendo alusión a la imagen de un “árbol”. En éste la salud pública es la base y los 5 elementos sustantivos de la misma, son sus raíces. Estos elementos fungen como fundamento de todos los programas académicos, mediante un “tronco conceptual-operativo” que construye un sistema curricular unificado a partir del cual se ramifican las habilidades y competencias propias de maestrías y doctorados con sus respectivas áreas de concentración.
Enseguida –posterior a la exposición del Secretario Académico de la ESPM– el Dr. Adrián Martínez González señaló que lograr un currículo flexible, integral, unificado y menos escolarizado representa un gran desafío. “Esta tarea convoca a un trabajo de naturaleza colaborativa y cooperativa de grupos de expertos de los distintos campos disciplinarios que se cruzan en el terreno de la salud pública, cuya naturaleza es multi, inter y trans-disciplinaria”. Por tanto, uno de los aspectos esenciales de la propuesta de reestructuración radica en el hecho de partir de la evaluación curricular diagnóstica, así como en el planteamiento de un tronco común y en la decisión en cuanto a qué disciplinas intervendrán en el andamiaje curricular y cómo se van a relacionar entre sí. Otro aspecto esencial se centra en el hecho de contar con un modelo de “enseñanza-aprendizaje-evaluación” capaz de lograr aprendizajes significativos que incluyan valores éticos a favor de la formación de estudiantes activos, capaces de autorregularse y de emplear herramientas que les permitan, desde el principio, enfrentarse con problemas y escenarios que abordarán más adelante, tanto en la práctica académica como en la profesional.
El Dr. Adrián Martínez también señaló la necesidad de que el cuerpo docente comprenda a profundidad el Modelo Educativo, pues un currículo integral demanda una docencia colaborativa que entienda el lenguaje y los cruces de distintos terrenos disciplinarios para enfrentar, en este caso, los grandes problemas de salud poblacional. Y afirmó que el aseguramiento de la pertinencia social es clave y esencial en campos como el de la salud pública, donde la formación profesional y de investigación debe estar estrechamente relacionada con el contexto social y los proceso de salud-enfermedad que están ocurriendo en la población para dar una respuesta adecuada, oportuna y eficiente. Y, para asegurar la pertinencia social, propuso 4 aspectos: 1) establecer un diálogo continuo con la realidad a través de esquemas de evaluación; 2) construir y vincular un diálogo estrecho con el gobierno, las empresas, las ONG, los especialistas de las disciplinas médicas y sociales, instituciones del sector salud, grupos de investigación de la salud publica, beneficiarios de los servicios profesionales de salud, centros e instituciones formativos de profesionales de la salud pública, con expertos en temas educativos y culturales; 3) interacción continua de la institución con el entorno social, económico y cultural en el que se encuentra para desarrollar el programa educativo de manera más acorde con el contexto; y 4) determinar los atributos con que debe contar dicho diálogo: ser constante, productivo, ético, riguroso metodológicamente hablando, con capacidad para traducirse en decisiones concretas y orientado al perfeccionamiento del programa educativo holístico y flexible y estar acompañado de monitoreo permanente.
Para la Dra. Laura Magaña Valladares “vivimos un momento ideal, oportuno y pertinente para impulsar la propuesta de reestructura y modernización académica de la formación en salud pública”. Destacó que la visibilidad de la salud pública actualmente ha dejado claramente expuesta la necesidad de formar investigadores, líderes, técnicos y profesionales que practican la salud pública para guiar las decisiones de la salud mundial. De igual manera, señaló que esta nueva visión de la salud pública requiere de un nuevo modelo que defina las competencias esenciales de los salubristas, sobre todo orientadas hacia el saber hacer y el saber ser, puesto que los saberes van evolucionando: “está cambiando la ciencia y nosotros somos comunicadores de la ciencia, si cambia la evidencia cambiamos nuestras posturas”. Por ello las habilidades y el saber hacer son más importantes que las competencias. Y subrayó que “la verdadera transformación ocurre en el aula, en el diseño instruccional”, por lo cual se debe poner atención en la capacitación docente para enfatizar las competencias, los saberes ser y los contenidos transversales a través de la enseñanza, las discusiones y los estudios de caso que se están incorporando.
En relación con lo anterior, la Dra. Ana de la Garza coincidió en que “vivimos un buen momento para fortalecer los programas de estudio, de tal forma que estos visualicen las necesidades de salud poblacional, nacional y regional e incluirlas en la currícula formativa”. Para ello es necesario considerar las necesidades actuales y conocer los retos a los que como salubristas nos enfrentamos ahora y en el futuro. Resulta fundamental –subrayó en su discurso– hacer un acercamiento a la realidad nacional en salud pública y dar a conocer a los estudiantes los retos actuales desde una perspectiva y un contexto social, para que comprendan la dimensión social, política y económica de los temas más acuciantes de la salud poblacional.
Para la Directora de Investigación Operativa Epidemiológica de la SSA de México, es imperante provocar inquietud en los estudiantes sobre las problemáticas de salud pública, los factores de riesgo y los determinantes sociales que se tienen en nuestra población, para que se generen proyectos integrales con intervenciones adecuadas y realistas que contemplen la interacción entre la comunidad y el ámbito académico. El abordaje de la salud poblacional debe hacerse desde esta perspectiva integral y multidimensional con participación activa tanto de los estudiantes como de los diversos sectores de la sociedad. A decir de la Dra. Ana de la Garza, es necesario visualizar a la institución como un ente vinculante con otros sectores, con otras instituciones, comunidades y con la sociedad en su conjunto. Los programas académicos deben entonces fomentar la interacción entre docentes, tutores y estudiantes, facilitando una conexión exitosa entre pares “que permita una mayor motivación, aprender como equipo, empoderarse en la planeación de actividades, de proyectos, de investigaciones y generar intervenciones más efectivas, adecuadas y realistas; motivando también a la sociedad a que se vuelva parte conjunta de este eje curricular para mejorar la salud de la población”.
En su momento, la Dra. Tricia Penniecook reconoció la importancia que tiene la ESPM para otras escuelas de salud pública. Y celebró el hecho de que en el modelo de reestructuración que se presentó en este conversatorio se inicio por el perfil del egresado, es decir, por el tipo de salubrista que se quiere formar. Señaló además la importancia de introducir en la consulta (en la conversación con la comunidad) a los empleadores, con el propósito de conocer sus necesidades y formar líderes de México, Latinoamérica y del mundo capaces de atenderlas. La pandemia, por ejemplo, ha resuelto las diferencias de opinión sobre la importancia de la salud global y la necesidad de “pensar en todos”. Con lo cual una manera ver la formación de los próximos egresados de la ESPM es haciéndolo desde la visión de la salud global. De ese modo “estaremos formando egresados preparados para tomar su puesto de liderazgo en México y en cualquier lugar del mundo; y que no sólo sean capaces de hablar muy elocuentemente sobre la situación, sino que tengan la habilidad para transformarla. Los egresados deben continuar con la herencia de innovación, transformación y cambio en la salud pública”.
Para cerrar este 6to conversatorio, el Dr. Juan Rivera Dommarco, director general del INSP, se congratuló por haber podido reunir en este evento virtual a más de 350 asistentes, quienes aportaron sugerencias y consejos sobre la reestructuración del programa curricular presentado. Asimismo, retomó lo dicho por la Dra. Penniecook en cuanto a que el INSP “no le pertenece sólo a México, el instituto nos pertenece a todos”, reafirmando el gran compromiso que tiene el INSP con la salud pública de México, Latinoamérica y el mundo.
Por: Redacción ESPM
Tronco conceptual-operativo
Programa de reestructuración educativa ESPM
La grabación del 6to. Conversarorio puede ser consultada en el canal de YouTube de la ESPM: