Prevención del abuso sexual infantil: Un desafío urgente para proteger a nuestras niñas y niños

El martes 10 de septiembre de 2024, como parte del Ciclo de Videoconferencias ESPM, la Dra. Leonor Rivera Rivera, Investigadora en Ciencias Médicas E del Centro de Investigación en Salud Poblacional (CISP) del INSP, impartió la conferencia titulada *¿Cómo prevenir el abuso sexual infantil?*. Durante su intervención, la Dra. Rivera destacó que este problema constituye “la peor de las violaciones a los derechos humanos”. A pesar de que el abuso sexual infantil (ASI) afecta entre el 8% y el 31% de las niñas, y entre el 3% y el 17% de los niños a nivel mundial, es un problema que rara vez se denuncia, debido a su connotación de tabú, lo que provoca que los daños y las experiencias de las víctimas permanezcan ocultos.

La Dra. Rivera definió el ASI como la participación de un menor en una actividad sexual que no comprende. También mencionó varias formas de abuso, tales como observar o fotografiar a un niño o niña desnudo, forzarlo a desnudarse o masturbarse frente al abusador, exponerlo a material pornográfico, hacer insinuaciones sexuales, mostrarle los genitales del abusador o incitar al menor a tocar los genitales de la persona abusadora. Además, abordó las formas más graves de abuso, como la penetración con órganos sexuales, dedos u objetos.

Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018-2022, ha habido un aumento en los casos de ASI en México, en parte, debido al confinamiento impuesto por la pandemia de COVID-19. A pesar de contar con un marco jurídico para atender estos casos, muchas denuncias no se presentan, en su mayoría por miedo, ya que el agresor suele ser alguien cercano, como un padrastro, padre o tío –señaló la Dra. Rivera.

Entre los factores sociales que contribuyen al ASI, la Dra. Rivera destacó los siguientes:

1. falta de reconocimiento de los/as niños/as como sujetos de derechos;
2. creencia de que los/as niños/as no necesitan educación sexual;
3. normas sociales que normalizan la violencia;
4. tolerancia hacia la creación de material de abuso sexual infantil;
5. promoción del matrimonio infantil en algunas comunidades.

Los factores familiares asociados incluyen:

1. violencia de género en el hogar;
2. relaciones familiares abusivas;
3. abandono emocional;
4. falta de comunicación en la familia;
5. desconocimiento sobre desarrollo infantil;
6. consumo excesivo de alcohol o drogas;
7. creencia de que los niños deben obedecer siempre a los adultos;
8. disfunción o separación familiar.

A nivel individual, los factores que favorecen el ASI incluyen:

1. baja autoestima;
2. falta de habilidades emocionales;
3. ser considerado mentiroso o problemático;
4. falta de apoyo o protección;
5. carencias afectivas;
6. crecer en un entorno de violencia;
7. no haber recibido educación sexual;
8. ser excesivamente obediente o confiado;
9. navegar sin supervisión por internet;
10. tener alguna discapacidad.

En cuanto a los agresores, la Dra. Rivera identificó factores que propician el abuso, tales como haber crecido en familias donde se ejerce violencia de género, el consumo excesivo de pornografía, antecedentes de maltrato en la infancia y trastornos de personalidad psicopática.

También subrayó la importancia de identificar señales de alerta en los menores, como:

  1. lesiones físicas recurrentes (moretones, rasguños, costras);
  2. dificultad para caminar o sentarse;
  3. ropa interior rota o sucia;
  4. dolor, ardor o enrojecimiento en la zona genital;
  5. cambios de comportamiento, aislamiento o tristeza;
  6. inserción de objetos en la vagina o el ano.

Las consecuencias del ASI pueden incluir:

  1. fobias y miedos
  2. Depresión y ansiedad
  3. Baja autoestima
  4. Sentimientos de culpa
  5. Ideación suicida o autolesiones
  6. Problemas de atención y bajo rendimiento escolar
  7. Trastornos del sueño

Para hacer frente al ASI, la Dra. Rivera propuso tres acciones principales:

  1. brindar atención inmediata a las víctimas.
  2. Enfocarse en la prevención, actualizando protocolos y capacitando al personal médico, psicológico y educativo.
  3. Fomentar la denuncia.

Por último, la Dra. Rivera Rivera destacó que el INSP participa en la iniciativa “Pinta tu raya así”, destinada a apoyar la capacitación del personal de las instituciones encargadas de atender casos de abuso sexual infantil (ASI), incluyendo a profesionales jurídicos y psicológicos. Señaló que el objetivo de este esfuerzo interinstitucional es reducir los daños en la salud mental y reproductiva derivados del ASI, tales como el consumo de sustancias, la depresión y las conductas suicidas. Además, se busca disminuir la incidencia del abuso sexual infantil y fortalecer los protocolos de prevención y atención existentes.

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