Cáncer mamario y contaminantes ambientales
El pasado martes 22 de octubre, la Dra. Lizbeth López Carrillo, investigadora en Ciencias Médicas F del Centro de Investigación en Salud Poblacional (CISP) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), impartió la conferencia “Cáncer mamario y contaminantes ambientales” como parte del Ciclo de Videoconferencias ESPM. En su ponencia, exploró la relación entre el aumento en la incidencia de cáncer de mama y la exposición a factores ambientales como metales, metaloides, plásticos, ftalatos y plaguicidas organoclorados.
Para contextualizar su presentación, la Dra. López Carrillo explicó que el cáncer de mama y el cáncer de pulmón son los tumores de mayor incidencia a nivel mundial. En particular, el cáncer de mama representa un serio problema para la salud de las mujeres en México y el mundo, siendo una enfermedad de origen multicausal en la que confluyen factores ambientales, estilos de vida y condiciones ocupacionales. Por ello, en diversos países, se están considerando intervenciones de prevención primaria, promoviendo la alimentación saludable, la reducción en el consumo de alcohol y la práctica regular de ejercicio.
Situación actual en México
Aunque se estima que el 90% de los casos de cáncer son evitables y no hereditarios, en México cada hora se diagnostican tres mujeres con cáncer de mama, y una de ellas fallecerá por esta causa, siendo muchas de ellas jóvenes en edad reproductiva. Cada año se registran alrededor de 30,000 diagnósticos y 7,900 muertes en el país. Alrededor del 90% de los casos son detectados por autoexamen, ya que la cobertura de mamografías alcanza solo al 20% de los casos.
Factores de riesgo reproductivos y hormonales
La Dra. López Carrillo detalló que el cáncer de mama puede estar influido por factores reproductivos y hormonales que exponen a las mujeres a mayores niveles de estrógenos endógenos, sobre todo en mujeres que tienen menarquia temprana, menopausia tardía y no han tenido hijos. El uso de anticonceptivos hormonales y la terapia de reemplazo hormonal en la menopausia también se asocian con este tipo de cáncer, aunque representan solo el 30% de los casos. Además, mencionó que el cáncer de mama no es una entidad única, pues existen al menos tres tipos de tumores con pronósticos y factores de riesgo diferentes: luminal, HER2+ y triple negativo.
Factores ambientales que afectan la salud
Diariamente, las personas están expuestas a contaminantes ambientales que imitan la actividad hormonal del estrógeno, ingresando al cuerpo a través de la piel, la boca y el cabello. Entre los principales contaminantes asociados al cáncer de mama se incluyen:
- Metales y metaloides: La exposición a metaloides como el arsénico, presente en el agua, y a metales como el aluminio, cadmio y plomo (comunes en productos como mariscos, cigarrillos, maquillaje y antiácidos) incrementa el riesgo de cáncer de mama al actuar como disruptores endocrinos que simulan la actividad del estrógeno.
- Plásticos y ftalatos: Los ftalatos, que se encuentran en productos de cuidado personal como champús y lociones, y el bisfenol A (presente en plásticos y latas) son químicos disruptores endocrinos que también contribuyen a este riesgo.
- Plaguicidas organoclorados: Plaguicidas como el DDT y el HCH, empleados en agricultura, son persistentes en el medio ambiente y se acumulan en los tejidos grasos. Estos plaguicidas tienen un efecto prolongado, y su exposición se asocia con el aumento de tumores luminales, HER2+ y triple negativo.
Un esfuerzo por la prevención
La Dra. López Carrillo también subrayó que la occidentalización de la dieta, la maternidad tardía y la baja prevalencia de la lactancia materna contribuyen a aumentar los factores de riesgo de cáncer mamario en la población actual. Sin embargo, la información sobre factores de riesgo prevenibles sigue siendo limitada y los servicios de salud tienen poca cobertura, lo que da como resultado diagnósticos tardíos y un aumento en los costos de tratamiento.
Para enfrentar este desafío, la OMS ha promovido el “Código Europeo contra el Cáncer”, con recomendaciones para la prevención a nivel individual y de políticas de salud. Inspirado en esta iniciativa, se creó el “Código contra el Cáncer en América Latina” con directrices para reducir los factores de riesgo en la región. En apoyo a este esfuerzo, el INSP y la ESPM lanzaron la campaña “Más conciencia y menos cáncer”, que consta de 27 cápsulas informativas sobre factores dietéticos, ambientales y genéticos relacionados con el cáncer de mama.