El futuro de la educación en salud pública: octavo conversatorio hacia los 100 años de la ESPM
Con la participación como moderador del Dr. Enrique Ruelas Barajas, Ex Secretario del Consejo General de Salubridad y Presidente y Director del Instituto Internacional de Futuros de la Salud, el 24 de noviembre de 2021 se realizó el Octavo Conversatorio “Hacia los 100 años de la ESPM”, en el cual se analizó el futuro de la educación en salud pública a través de las voces y experiencia de Lord Nigel Crisp, Ex Director del National Health Service de Inglaterra, Co-Chair of the All-Party Parliamentary Group on Global Health; de la Dra Maureen Bisognano, Presidente Emérita y Senior Fellow del Institute for Healthcare Improvement; del Dr. Iván Darío González Ortíz, Ex Viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios y Ex Ministro Encargado de Salud de Colombia; y del Dr. Jorge Hermida Córdova, Ex Director Regional para América Latina de University Research Corporation.
El 16 de febrero de 1987, en el antiguo edificio de la Escuela de Salud Pública de México situado en Mixcoac, en una ceremonia presidida por el Dr. Guillermo Soberón, Secretario de Salud en aquella época; y por el Dr. Julio Frenk, director fundador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), se celebró la conmemoración de los 65 años de la Escuela. Así lo recordó el Dr. Enrique Ruelas quien estuvo en esa ceremonia como último director de la Escuela –en esa historia de 65 años– y el primero en su incorporación en el INSP. En aquel entonces al Dr. Ruelas se le encomendó la modernización de la Escuela de Salud Pública de México. Desde entonces hasta la fecha ha colaborado con estudios prospectivos para la educación en salud pública. En ese contexto el Dr. Ruelas aseguró que vivimos un momento “para ver hacia atrás y reconocer lo que se ha hecho, pero también para asomarse al futuro y determinar hacia dónde debe dirigirse la educación en salud pública de aquí en adelante”.
Abriendo las participaciones a los invitados de este conversatorio, Lord Nigel Crisp dijo que lo que se espera en el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) es asumir el reto de “hablar con la sociedad civil”, pues – afirmó– “la salud se hace en casa, los hospitales son para las reparaciones.” De ahí su planteamiento de promover la creación de la salud con la sociedad civil, de una manera diferente y desde nuevos umbrales de la educación en salud publica a fin de crear una sociedad saludable. Asimismo, mencionó la importancia de “los creadores de salud”, pues la pandemia puso en evidencia que todos tenemos un rol en el cuidado y la promoción de la salud: los cuerpos públicos, las escuelas y las comunidades. Es importante, desde su visión, asumir ideas nuevas y antiguas acerca de “crear salud” y mejorar la calidad de vida. El concepto salud está determinado por el bienestar físico, mental y social de los individuos, aunque esto último, el bienestar social, no ha sido debidamente atendido. El binomio salud y bienestar implicaría las relaciones entre vida y libertad, confianza y calidad de nuestras vidas, nuestras relaciones, el cómo vivimos y lo que nos sucede en nuestros distintos ámbitos de vida. Salud y bienestar implicaría que “debemos poder ser todo lo que podamos ser. Y vivir la vida al máximo de nuestras capacidades”.
De este modo, la idea de “crear salud” supondría proveer las condiciones en las que las personas pueden ser saludables y ayudarlas a serlo. Lord Nigel Crisp señaló, desde su perspectiva, las 3 principales áreas de mejora: 1) los servicios de salud, es decir el cuidado de la salud hecho por los profesionales; 2) la prevención y protección de la salud- gobierno; y 3) la creación de salud: “creemos que el líder en el futuro será sociedad civil”. Con respecto a ello, mencionó 10 conductas con las que se puede aprender a trabajar con las personas y ayudarlas a avanzar en el trabajo de la salud pública:
1) dejar de ver debilidades y ver nuestras fortalezas; 2) trabajar en las fortalezas; 3) la salud mental; 4) establecer relaciones; 5) la importancia de las comunidades y del trabajo en comunidad; 6) la existencia de un sentido y un propósito común; 7) conectarse y comunicarse; 8) la importancia del medio ambiente; 9) ser emprendedor y “aprender haciendo”; y 10) tomar el control.
Lord Nigel Crisp cerró su participación señalando que tenemos que construir una sociedad saludable y creadora de salud donde los creadores de salud, profesionales y gobierno tengan todos un rol importante hablando diferentes lenguajes y poniendo énfasis en distintos sistemas y planeaciones, pues eso ayudará a conformar el ambiente en el que tienen que trabajar los creadores de salud en el futuro.
Por su parte Maureen Bisognano habló de nuevos caminos para enseñar salud pública y propuso como nuevas formas de enseñar y aprender: tener la capacidad de “ver” todo el sistema completo; que los estudiantes salgan a la comunidad para conocer las circunstancias en las que viven las personas, que vean cómo se hace o no la salud en las casas y que hagan mapas de activos y déficits para conocer y mostrar los recursos de la comunidad; todo esto con el fin de construir una vibrante fuerza de trabajo de salud pública para el futuro. La Dra. Bisognano recomendó centrarse en la importancia de la curiosidad y cultivar la capacidad de percibir, controlar y explicar las emociones; tomar riesgos y crear resiliencia y empatía; y, lo más importante, cultivar un coeficiente de curiosidad que nos haga más inquisitivos al momento de ver todo el sistema, estar abiertos a nuevas experiencias y ser capaces de encontrar emoción en la novedad, así como en salir y experimentar en y con la comunidad. Al respecto mostró como ejemplos el de la detección y cuidado de la hipertensión, que se está haciendo en las barberías de Nueva York, o la construcción en China de sitios de juegos educativos sobre prevención de HIV/SIDA, o el programa de prevención de la Malaria en los bancos de Ghana. Mencionó también los resultados sorprendentes que ha arrojado la incorporación de medicina culinaria en las escuelas de medicina en su país, que está bajando la carga en los sistemas de salud al trabajar con alimentos saludables.
En su turno, el Dr. Jorge Hermida señaló que la razón de ser de la educación en salud pública es formar profesionales capaces de entender, investigar y mejorar la salud de las poblaciones humanas. Así, hizo ver que la salud de las poblaciones, los conceptos, los métodos y las herramientas para estudiarla, al igual que los sistemas de salud, han cambiado mucho en las primeras dos décadas del presente siglo; y apuntó tres aspectos de este cambio: 1) la mercantilización de la atención de la salud; 2) la medicalización y la “farmacologización” de la vida y la enseñanza de la salud pública; y 3) las instituciones de servicios de salud pública. Sin embargo, ante estos cambios pidió reflexionar acerca de si la educación en salud pública ha evolucionado al mismo ritmo que los aspectos mencionados.
El Dr. Hermida hizo énfasis en que la salud está determinada por ciertos modos de vivir y producir socialmente, y que América Latina es la región más inequitativa de todo el planeta, siendo la inequidad en la salud poblacional una característica propia de nuestra región. También se preguntó hasta dónde actualmente la salud pública está basada en la evidencia, e hizo notar, por un lado, la brecha existente entre la ciencia de la salud pública y su implementación política y, por el otro, las lecciones para los salubristas desprendidas de la pandemia. Finalmente señaló que la salud pública está relacionada profundamente con la economía, con las decisiones políticas y con la clínica de la salud pública.
Para sumar a la reflexión en este conversatorio, el Dr. Iván Darío González compartió algunas reflexiones sobre lo que él consideró el futuro de la educación en salud pública. Para esto, reconoció a los salubristas como los héroes anónimos de la pandemia y llamó la atención sobre el hecho de que en los últimos meses nos hemos visto enfrentados al miedo, pero que este miedo ha motivando la resiliencia de los sistemas de salud y que esa resiliencia hizo la diferencia en muchos lugares del mundo. “Al perder la certeza de la salud, esta adquirió relevancia individual, colectiva y política como nunca antes”. En cuestión de meses la humanidad generó una cultura en torno a las medidas no terapéuticas (uso de cubrebocas, aplicación de gel para manos y dotación de información) que se adoptaron en todo el mundo como medidas de control y prevención. Gracias a los esfuerzos de la salud pública global tuvimos elementos disponibles para enfrentar la crisis que permitieron compartir plataformas, información, recoger conocimientos pasados y hacer alianzas público-privadas para el desarrollo de las vacunas. “Estos son aprendizajes necesarios para capitalizar en esta pandemia”, –aseguró el Dr. González–. También señaló los principales retos que enfrenta la salud pública global debidos a la complejidad del mundo:
1) Geopolítica.- Discusiones entre China, Estados Unidos, Europa y Rusia –que no tienen nada que ver con la salud pública– han afectado el desenlace que hubiéramos podido tener en esta pandemia, ya que hay vacunas que tienen evidencia en revistas científicas y no son aceptadas por todos los países debido a problemas ajenos a la salud pública. “Es algo que deben entender los salubristas, porque no se trata solo de pensar soluciones sino de lograr que las sociedades adopten esas soluciones”.
2) Diversidad.- Grupos de personas que creen en las vacunas y otras que no creen. “Plantear la salud pública sin entender la diversidad de la humanidad es otro reto tan grande como el de la geopolítica.”
3) Complejidad de la inequidad y la desigualdad.- Basta con mirar los Mapas de vacunación para observar la inequidad. Hay países que tiene 6 o 7 dosis guardadas para su población, mientras que otros que no han podido vacunar al 2 o 3% de su población.
4) Reto entre el nacionalismo y lo multilateral.- Necesitamos enfrentar los problemas de salud pública de una forma común.
5) Redes Sociales.- Es la primera vez que la pandemia se enfrenta con redes sociales. Las redes sociales tienen un elemento que no podemos ignorar para las futuras pandemias: comprender y reflexionar sobre su magnitud es fundamental.
El Dr. González determinó 3 elementos que la educación en salud pública debe considerar para evolucionar:
- la incapacidad de crear una visión común. “El mundo es uno solo, nuestra casa, la de todos”. La ausencia de visión común se traduce en la ausencia de liderazgo;
- la comunicación del riesgo nos implica repensar los modelos de comunicación;
- Visión de túnel. Nos aislamos y este aislamiento privó en buena parte de los cuidados y seguimiento médico de otros padecimientos, como por ejemplo el cáncer. Debemos salir de esta visión de túnel para ver que los cánceres no detectados en estos 24 meses pueden ser la próxima pandemia.
Para concluir su intervención el Dr. Iván González propuso 5 elementos que el futuro de la educación en salud pública debiera incorporar: 1) Gestión y estrategia. Fundamental tener estrategias de salud pública incorporadas a la vida de las personas; 2) Los sistemas de información y las nuevas tecnologías de información y comunicaciones. Para recoger con inmediatez la información que tenemos y combatir la información falsa; 3) Modernizar la salud pública especialmente en América Latina. Transición epidemiológica, hipertensión, diabetes, salud mental. Cómo trabajar comportamientos para revertir la carga de estos problemas; 4) Comunicación del riesgo. ¿Cómo estamos enseñando a comunicar? La comunicación es central, tenemos que aprender a comunicar; 5) Liderazgo. Debemos aprender liderazgo para que cada individuo “sea la mejor versión de sí mismo”.
Por: Redacción ESPM