Evidencia científica para salvar vidas: investigaciones sobre seguridad vial en América Latina
Formando parte del Ciclo de Videoconferencias ESPM, la Dra. Carolina Pérez Ferrer, Directora de Investigación en enfermedades crónicas del Centro de Investigación en Salud Poblacional (CISP-INSP), dictó la videoconferencia “Seguridad vial en América Latina: estudios de SALURBAL”, en donde presentó los principales resultados de cinco estudios –realizados por investigadores/as del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en colaboración con otras instituciones–, que evalúan intervenciones en seguridad vial en ciudades latinoamericanas.
Para poner su charla en contexto, la Dra. Pérez Ferrer señaló que las muertes de tránsito representan un serio problema de salud pública, pues en el mundo mueren anualmente 1.3 millones de personas por esta causa. En América Latina se registran 110,000 muertes al año y alrededor del 50% de estas muertes son de los usuarios más vulnerables de la vía pública (peatones y ciclistas).
Cabe mencionar que en México se registran 16,000 muertes cada año debidas a los accidentes viales, los cuales representan la primera causa de muerte de personas entre los 5 y 24 años de edad y la cuarta causa para hombres de todas las edades. Comparada con otras ciudades latinoamericanas, la tasa de mortalidad de la Ciudad de México es inaceptablemente alta.
La Directora de Investigación en enfermedades crónicas del CISP, hizo énfasis en que las muertes de tránsito son evitables y que los sistemas tienen que contribuir integralmente a evitarlas. Asimismo, recordó que estamos en la 2ª Década de Acción por la Seguridad Vial, y que la meta para el año 2030 acordada por los países adheridos –entre los que se encuentra México–, es disminuir en al menos 50% las lesiones y muertes de tránsito; y que para lograrlo, los países adoptaron la implementación del “sistema seguro”, consistente en 5 pilares, con distintas acciones.
Estos pilares son:
1) transporte multimodal y planeación del uso de suelo;
2) construcción de infraestructura vial segura que proteja a los usuarios vulnerables; 3) vehículos seguros;
4) uso seguros de vías (reglamentos de tránsito, estándares para expedición de licencias, etcétera);
5) respuesta eficaz a emergencias.
La Dra. Pérez Ferrer identificó también los principales factores de riesgo:
1) velocidad;
2) conducir en estado de ebriedad o bajo influjo de drogas;
3) no usar casco de moto, cinturón de seguridad, sistema de retención infantil;
4) distractores (teléfono celular);
5) infraestructura vial insegura;
6) vehículos inseguros;
7) mala implementación de reglamentos de tránsito;
8) servicios de emergencia deficientes.
De acuerdo con lo expuesto por la especialista, estos factores se mezclan entre sí, unos tienen que ver con la conducta humana, otros con el entorno construido –la infraestructura vial– y otros con legislación (políticas a nivel local y federal e implementación de reglamentos de tránsito). Sobre cada uno de estos factores de riesgo –dijo– hay evidencia internacional sobre políticas que funcionan para disminuir las muertes de tránsito al incidir sobre ellos.
Resultados de 5 estudios colaborativos que evalúan intervenciones en seguridad vial
La Dra. Pérez Ferrer indicó que SALURBAL consistió en estudios realizados por el INSP en colaboración con once instituciones de América Latina y Estados Unidos para estudiar aspectos de salud urbanos que hacen que unas ciudades sean más saludables que otras.
Los programas evaluados y sus resultados son los siguientes:
1) Efecto del programa Pasos seguros, sobre atropellamientos y atropellamientos fatales en intersecciones seguras en CDMX.
Se trató de identificar intersecciones viales en la ciudad de México donde existía mayor incidencia de lesiones y muertes e intervenirlas para reducir dicha incidencia. Los resultados indicaron que el total de atropellamientos en intersecciones intervenidas disminuyó en 21%, atropellamientos con lesionados 21% y atropellamientos con víctimas fatales disminuyó un 39%. Las intersecciones con mayores componentes de intervención son las que se asociaron con mayores reducciones.
2) Efecto de intensificar el programa de alcoholimetría en Guanajuato sobre colisiones y muertes.
Se realizó una campaña de concienciación dirigida a jóvenes en 2018 y se implementó un nuevo reglamento de tránsito que aumentó de 20 a 36 las horas de arresto por conducir en estado de ebriedad. Asimismo, se expandieron los puntos de alcoholimetría en la ciudad de León.
Como resultado se pudo observar que la intensificación del programa de alcoholimetría tuvo efecto sobre las colisiones totales. La tasa de siniestros por cada 100 mil vehículos tuvo una disminución de 17% en León, comparada con municipios similares. Los siniestros con lesiones tuvieron una disminución de 33%. Los fatales bajaron del 28 al 38%. Intensificar el programa resultó en diminución del número de choques, lesionados y muertes en la ciudad de León, Guanajuato.
3) Efecto sobre muertes de tránsito del programa alcoholimetría en todo el país.
El tercer estudio consistió en estimar el efecto del Programa Nacional de Alcoholimetría sobre muertes de tránsito en municipios urbanos.
En el año 2013 se implementó el PNA mediante pruebas aleatorias de alcohol en aliento y luego en sangre y multa o detención por conducir en estado de ebriedad. El estudio realizado con información sobre 106 municipios prioritarios tuvo como resultado la disminución promedio de 12% de muertes de periodo post-intervención en relación al periodo previo a la intervención.
4) Efecto de los reglamentos tránsito CDMX 2015 y 2019 sobre colisiones y muertes de tránsito.
El estudio sobre evaluación de reglamento de tránsito en CDMX consistió en evaluar los efectos de la implementación del reglamento de tránsito en diciembre de 2015 y los cambios efectuados en 2019 con la implementación de nuevos límites de velocidad y nuevos tipos de penalización con sanciones económicas más elevadas. El reglamento de 2015 solo aplicaba a placas de CDMX y no lo hacía a transporte de carga. Se implementaron radares de velocidad y cámaras para identificar conductas peligrosas en zonas de mayor incidencia y detectores de velocidad cerca de zonas escolares.
Los resultados principales mostraron tendencia a la baja semanal en colisiones con mortalidad (0.4%) y luego se revierte la tendencia a partir de 2019 y hay incremento 2.3% semanal. Igualmente las colisiones con lesionados mostraba una disminución semanal de 0.4% y luego de 2019 se revierte la tendencia y hay un aumento del 1.1% semanal.
Este estudio que se enfocó principalmente en velocidad, pero también en estrategias de cumplimiento de reglamentos de tránsito mostró que bajar límites de velocidad, aumentar multas e introducir radares se asoció con menos muertes, mientras que quitar multas económicas se asoció con más muertes y lesiones
5) Efecto esperado en salud al mejorar estándares de seguridad vehicular en México.
Este último estudio consistió en estimar el efecto esperado en la salud al implementar Norma Mexicana NOM 194 sobre dispositivos de seguridad para vehículos, que incluyó la mayoría de las tecnologías recomendadas internacionalmente. También se estimó el efecto de aplicar la Norma 194 e incorporar otras tecnologías tales como Sistema antibloqueo ABS, control de estabilidad, cinturones de tres puntos para todos los pasajeros, entre otros.
Tres escenarios de estimación:
- Aplicación de la NOM 194
- NOM 194 + ABS motor+ ESC motor+ protección a peatones+ AEBS
- Escenario 2 + tecnologías emergentes
Los resultados de este estudio sugieren que si se implementan las tecnologías recomendadas en la NOM 194 a todos los vehículos circulantes se puede esperar 18% menos muertes de tránsito con respecto a 2019; si se mejorara con otras tecnología se podría esperar una reducción de más del 30%; y con la aplicación de diseño frontal para protección a peatones y ABS para motos, se puede esperar hasta 40% menos muertes al año.
Para cerrar su presentación, la Dra. Pérez Ferrer sugirió que incidir sobre los factores de riesgo conocidos es efectivo para reducir las muertes y lesiones de tránsito y que existe evidencia de políticas y gestión eficaces en la región de América Latina. Se pueden compartir –dijo– las buenas prácticas y escalar las intervenciones a otras ciudades. Asimismo aseguró que sostener las buenas prácticas requiere financiamiento y voluntad y dejó como mensaje el que “mejorar la seguridad vial mejora la salud pública y que es fundamental para la salud pública disminuir las muertes de tránsito”.