100 años de la ESPM: logros, retos y oportunidades

Con invitados de lujo y en un contexto de charla sobre el proceso de renovación académica que se lleva a cabo en el interior de la ESPM/INSP, en el marco del 36 aniversario del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) se celebró el  evento de presentación del número especial de la revista Salud Pública de México, conmemorativo del Centenario de la Escuela de Salud pública de México (ESPM), siendo, en palabras del director de la ESPM, Dr. Bernardo Hernández Prado, una “oportunidad para ver qué hemos hecho y qué podemos hacer en el futuro”.  

El Dr. Bernardo Hernández presentó a la Dra. Laura Magaña Valladares, ex Secretaria Académica de la ESPM y actual presidenta ejecutiva de la Asociación de Escuelas y Programas de Salud Pública de los Estados Unidos, como “directamente culpable de mucha de la organización de la ESPM” y quien “le cambió la cara a esta institución”. Enseguida presentó al Dr. Víctor Borja Aburto, egresado sobresaliente de la ESPM y actual asesor del director general del IMSS, quien, en palabras del Dr. Bernardo Hernández “nos puede compartir su visión de cuáles son las necesidades, cómo va cambiando el panorama de los servicios de salud en el país y los retos que deberá enfrentar la Escuela de Salud Pública de México, con la idea de ligar a la investigación con la docencia en salud pública y responder mejor a las necesidades de los nuevos sistemas de salud”.

El director general del INSP, Dr. Eduardo Lazcano Ponce, hizo la introducción general del evento, señalando que “esta reunión es un pretexto para discutir con nuestros invitados, una perspectiva externa del proceso de renovación que hemos implementado en la comunidad académica e institucional del INSP”, visión muy importante para saber si lo que los egresados reciben como “insumo”, es parte de lo que se necesita en el ámbito externo tanto desde la perspectiva global como desde el ámbito nacional. Así también, señaló que para el número especial de Salud Pública de México, coeditado con la Dra. Magaña Valladares, y el cual se presentó en esta ocasión, se hicieron múltiples invitaciones y se recibieron 12 contribuciones muy sustantivas, en modalidad de ensayo, que realizaron diversos grupos de investigación o investigadores líderes en su área, de escuelas de salud pública de los Estados Unidos, Europa, Asia y Australia; incluyendo  al ámbito latinoamericano con énfasis en Puerto Rico, Colombia y México. El común denominador identificado en las diversas contribuciones de este número especial fue el énfasis en la “enorme necesidad de acción, transformación y orientación de los programas académicos de las escuelas de salud pública en función de una cada vez mayor inequidad social y de acceso a los servicios de atención, no solamente en México sino a nivel global”; así como también la necesidad de “renovar y transformar los programas académicos y las escuelas para incidir más en el bienestar social”.  

El director general del INSP hizo énfasis en que los modelos educativos de las escuelas de salud pública deben de incidir en los futuros líderes como agentes de cambio y brindar competencias profesionales de forma permanente a lo largo del ejercicio profesional. Señaló, además, que para realizar la renovación y reestructuración de los programas académicos se debe disponer de una perspectiva original y propia; y destacó que en el caso de la ESPM “no estamos copiando ningún modelo externo, nosotros mismos estamos construyendo nuestra propia identidad de lo que significa el futuro de la investigación y la enseñanza en salud pública”.

A su vez, la Dra. Laura Magaña identificó tres logros del INSP/ESPM que considera como muy relevantes, a saber: 1) La gran influencia de la generación de conocimiento de esta institución en la política pública del país, haciendo que la investigación sea más palpable desde el punto de vista de la educación. 2) El que la ESPM sea “un semillero de líderes educativos y políticos”, desatacando el hecho de que sus egresados han sido secretarios de salud en sus países y en sus estados de origen; así como líderes tanto en el sector privado como en organizaciones no gubernamentales. 3) La capacidad del INSP/ESPM para reinventarse e identificar cuáles son los retos actuales que debe afrontar la salud pública.

El Dr. Victor Borja señaló que los logros dependen de los distintos momentos históricos; y recordó el importante papel que el INSP jugó desde su fundación en la formación del personal de la salud pública en campo, técnicos, promotores, enfermeras, personal de saneamiento e ingenieros en apoyo a los servicios de salud en los estados a principios del siglo pasado. Asimismo, aseguró que el ser parte de la Secretaría de Salud le da al INSP la ventaja de tener una mayor colaboración con los servicios de salud mexicanos. También, hizo saber que se está comenzando con los insumos para poder tener un nuevo modelo de atención de la salud para el que se requieren enfermeras especializadas y médicos especialistas que quieran irse a los servicios en donde se necesitan. Sobre las competencias que requiere el personal en salud pública para la implantación de los nuevos modelos del sistema de salud que se están proponiendo, indicó que se está impulsando la formación de residentes con especialidades, la cual se incrementó casi al doble en 3 años, producto del consecuente incremento en el número de becas. 

Dado que las secretarías de salud de los estados en México van a pasar de ser operadores de servicios a proveedores de salud pública, el Dr. Borja Aburto indicó que se requiere formar al personal con visión de rectoría en salud pública con un importante componente de inteligencia en salud. “Necesitamos –afirmó– personas que tengan la visión de salud pública y de atención primaria de la salud, más gente que entienda de la inteligencia en salud, no solo de las estadísticas en salud, sino que en la parte clínica dé continuidad de la atención y de la organización de los servicios de esa manera. Vamos a necesitar gestores y coordinadores de la atención y gente experta en inteligencia en salud”.

Desde su visión, la Dra. Magaña Valladares opinó al respecto que las actuales competencias en las que se está formando actualmente a los profesionales de la salud, “probablemente en 5 años ya no sean requeridas o se requerirán otras. Lo que se ha comprobado –señaló– es que el 50% de los perfiles van a desaparecer en los próximos 10 años”.  Para la Dra. Magaña  la única salida ante la realidad de un mundo cambiante, es tener sistemas educativos que permitan la entrada de alumnos y alumnas al sistema de salud y que el sistema de salud, a su vez, permita la actualización constante de su personal en las competencias que estén necesitando en ese momento. “Nuestras modalidades se tienen que centrar no sólo en grados académicos, sino en  microcredenciales, diplomados, cursos pequeños, cursos que estemos dando presencial o virtualmente en los lugares de trabajo y en la institución”. 

Para la Dra. Magaña “se requiere de mucho más innovación; de una educación virtual transformadora; de transformar la educación en línea y hacer de las instituciones esto: modelos híbrido, modelos mixtos debidamente planeados”–afirmó–. Sin embargo, aseguró que en estos nuevos modelos educativos la presencialidad también debe considerarse para poder desarrollar las competencias “sobre todo sociales, cognitivas y las de trabajo en equipo”. No importa que sea virtual o presencial la formación, lo más importante es que el modelo educativo esté centrado en el alumno y la alumna, que el propio educando esté formando, desarrollando y construyendo su propio aprendizaje y, para lograrlo, sugirió impulsar en el aula “las discusiones, los estudios de caso y todo lo que enganche al alumno en su propio aprendizaje”. De igual manera, destacó algunos conceptos de esta reestructuración, reconociendo al modelo constructivista como su mayor acierto; y como un aporte de “vanguardia” el reunir la enseñanza con la investigación y con el trabajo comunitario. “No puedo –aseguró– pensar en otra escuela de salud pública que siquiera lo esté intentando. Ustedes, en la ESPM, están generando con esto el sello institucional”. También calificó como “importantísimos” a la flexibilidad y el enfoque práctico incorporado a esta reestructura.  

Sobre el tema de las competencias profesionales que requieren los egresados de las escuelas de salud pública, la Dra. Magaña hizo énfasis en que no son solamente importantes las competencias técnicas y profesionales o disciplinares, el uso de información y la tecnología, la comunicación y el reforzamiento del liderazgo en la gestión, que si bien todo eso es importante, también se deben considerar las competencias de tipo emocional, tales como la resiliencia, la diversidad, el cómo incluir otras voces, “como incluyo y respeto a los demás”, la autogestión y el que los alumnos continúen su propio aprendizaje, “todas estas competencias de tipo emocional –afirmó– son importantísimas para la formación de nuestros profesionales, estas competencias del campo emocional son los aciertos del programa.”

A este respecto, el Dr. Borja recomendó la formación en todas las funciones esenciales de la salud pública como las ha definido la Organización Panamericana de la Salud en los 4 componentes y en las 12 funciones esenciales. Sugirió formar integralmente en esos componentes en la salud pública y continuar con la generación del conocimiento, independientemente de lo que se aplica en los sistemas de salud, desde la parte básica hasta la epidemiología y la bioestadística.

Por su parte, el Dr. Eduardo Lazcano hizo énfasis en que la transformación de los programas educativos y del propio modelo educativo de la ESPM responde al objetivo de redimensionar a la escuela junto al INSP porque –dijo– “debemos tener un carácter nacional y regional y ampliar nuestras sedes académicas, dando respuesta a esta enorme necesidad de formación/actualización de los recursos humanos en salud”. Dado que según la última Encuesta Nacional de Empleo, hay cerca de un millón y medio de profesionales de la salud en el país y la mayor parte de ellos no tiene formación en salud pública, con lo cual se abre una enorme ventana de oportunidad  para el INSP/ESPM. Sin olvidar –dijo– que el principal reto es ser el brazo académico de la Secretaría de Salud mexicana. 

En tanto, para la Dra. Magaña el principal reto del INSP/ESPM consiste en seguir siendo la primera opción de formación de salud pública en México y seguir siendo el principal formador de América Latina con la capacidad de agrandar su visión.

Para cerrar el encuentro, el Dr. Borja reconoció como el principal reto del INSP/ESPM el mantener la independencia académica y de pensamiento en salud pública, pero buscando una mayor vinculación con los servicios de salud y tratar de ser más influyentes sobre las decisiones que pudieran tener los servicios para el futuro del sistema de salud. Propuso buscar aliados influyentes para hacer escuchar más las sugerencias y propuestas del INSP, cuidando la independencia, sin necesidad de enfrentamientos, “para poder seguir influyendo”.  

Por: Redacción ESPM